Donde el estado no llega

[…] El sin embargo es crítico ¿qué falla aquí? ¿por qué no nos emociona la nueva arquitectura?. Según elgregarioanarquista las muy dignas (son sus palabras) estructuras que levantan acaban saturadas de pequeños gestos y maquillaje (como el uso creativo de los materiales) que acaban con la rotundidad inicial. Coincido con el tovarich en que el barroquismo aniquila los proyectos. No me atrevería a hablar de verdad, como el profesor Miranda, pero desde luego parece que los egos superpuestos de demasiadas personas afean el resultado. El manierismo beirutí debe de estar relacionado, uno se imagina, con el de la propia sociedad libanesa donde ver y ser visto es tan importante. Ya hemos hablado de los coches en Beirut pero ¿qué decir de las gafas, la ropa, los complementos? todo está ahí para revelar el estatus de su portador (sea este real o merecido o no). Los nuevos edificios acaban convertidos en catálogos de materiales de alto standing mientras siguen recurriendo a soluciones de baja eficiencia energética y que evitan por todos los medios lo colectivo. […]