La Mezquita-Catedral de Córdoba es obra maestra de arquitectura, ciertamente compleja, consecuencia de muchas y variadas obras llevadas a cabo en diferentes momentos de la historia. Tanto las diferentes teorías de restauración, como el conocimiento del propio edificio, han ido evolucionando conjuntamente a lo largo del siglo XX, gracias a las investigaciones arqueológicas o documentales, los hallazgos en la ejecución de las obras y la propia práctica arquitectónica.

Proponemos analizar los distintos procesos de restauración llevados a cabo, compararlos y establecer finalmente conclusiones que nos ayuden a comprender los patrones y la evolución que las prácticas de restauración han sufrido en el edificio.

Esta tesis se propone como objetivo demostrar que ha sido la propia disciplina de la Arquitectura la que en último término ha marcado el carácter de las intervenciones, más allá de discursos teóricos a veces enfrentados. Establecemos como hipótesis de partida para esta investigación la consideración de que tal vez el edificio en su complejidad no ha hecho sino corregir todas estas teorías. En este sentido, podríamos tal vez añadir una página más a todas estas posiciones teóricas frente a la restauración: la originada por la propia práctica en el edificio.