DE LA ABSTRACCIÓN ESENCIAL MODERNA A LA ABSTRACCIÓN SINTÉTICA CONTEMPORÁNEA EN ARQUITECTURA
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En un tiempo de mezclas y deslizamientos la producción arquitectónica actual empieza a generar cierto paisaje incómodo por la aparente imposibilidad de elaborar una taxonomía de sus individualidades, y entender cómo o cuales son las causas por y para las que se genera. Se hace necesario la búsqueda y el análisis de elementos que definan esas arquitecturas para poder acercarnos a una operatividad más contemporánea. La presente tesis doctoral analiza la abstracción como herramienta que hilvana todo el trascurrir de la arquitectura desde principios del siglo XX hasta el presente momento.
La hipótesis de partida es la sospecha de una redefinición contemporánea del término abstracción como cambio en los hechos histórico-culturales sobrevenidos con el paso del siglo.
La palabra abstracción se ha utilizado desde principios del siglo XX hasta nuestro días de manera algo indiscriminada, la tesis quiere ser una ventana a la definición precisa del término en relación a por qué aparece, cuándo lo hace y cómo se expresa en las producciones del hombre, en concreto en la arquitectura.
Para ello primero se estudia el término en el siglo XX, desde lo filosófico hasta las representaciones artísticas y arquitectónicas. A partir de ahí, con un enfoque de estudio paralelo se estudia el siglo XXI, es decir, la definición de la abstracción por causa de una serie de situaciones que desemboca en unos ejemplos concretos arquitectónicos. Ambas definiciones pertenecientes a sus periodos concretos generan una mapa global de la palabra abstracto que ayuda, por un lado a la compresión del término como causa de unos condicionantes concretos; por otro, proporciona herramientas de proyecto para el análisis de las producciones existentes así como una futura operatividad proyectual.
El comienzo del término abstracción comienza con Worringer desde una vertiente filosófica en la que se defiende su definición como la idea de alejamiento mental de la realidad. Este proceso ocurre cuando se dan una serie de hechos más o menos problemáticos por los cuales el hombre tiende a reflejar en sus producciones su estado emocional. Así pues según Worringer si el hombre se encuentra en un estado de plenitud realizará producciones más figurativas y si por el contrario su estado mental es negativo e inestable buscará representaciones formales alejadas de la realidad, es decir, traducir lo figurativo y realista en formas geométricas o no filiadas.
En el cambio del siglo XIX al XX sucesos como la Revolución Industrial, la revolución en Rusia y las dos Guerras Mundiales, son básicamente los hechos que marcan un estado emocional que empuja al hombre a cambiar sus producciones generando un arte y una arquitectura alejados de lo figurativo. Primero comienza con producciones más centradas en formas y colores puros que representan ideas y expresiones, estados emocionales al fin y al cabo. Después trabaja con ideas que traducen la realidad en formas concretas. Hasta llegar a finales de los años cuarenta cuando comienza una especie de desviación formal donde lo abstracto ya no se relaciona tanto con lo morfológico y si mas con el significado de las obras. La arquitectura acompaña todos los procesos anteriores desde las influencias de las vanguardias, pasando por la búsqueda de un estilo que represente unos ciertos ideales depurados, hasta la consecuente ruptura con las formas prefijadas para abrir el campo arquitectónico en diferentes corrientes continuistas y rupturistas con la arquitectura esencial. Es decir, desde la aparición del Movimiento Moderno, pasando por su culmen con el Estilo Internacional hasta las diferentes corrientes continuistas o no aparecidas a partir del “Stylelife” de Richard Hamilton. La conclusión de esta parte resuelve un mapa genérico de la abstracción como búsqueda de la esencia, una mapa cuya linealidad refleja la continuidad entre evento-pensamiento-producción.
En el cambio del siglo XX al XXI ocurren otra serie de eventos que se consideran paradigmáticos y responsables del cambio en el concepto de lo abstracto. La aparición de la globalización como fenómeno de contagio y deslocalizador; lo digital como factor neometodológico y que produce una falta de lo analógico; la aparición de nuevas naturalezas: naturalezas virtuales como Internet y naturalezas reales pero trasformadas como paisajes desérticos o ciudades supradesarrolladas, esto se considera como un factor polimórfico y fenomenológico; finalmente, la crisis mundial que comienza como una crisis económica para luego extenderse a niveles políticos, sociales y culturales, provoca una catarsis y reacción social y por tanto neo-productiva. Estos cuatro factores definen una marco actual propio de este siglo que conlleva un cambio en las producciones del hombre. Genera una serie de lenguajes nuevos y particulares adecuados al momento, es decir, como respuesta eficaz a una situación singular y original de este tiempo.
Durante el siglo XX el arte y la arquitectura son fundamentalmente las dos disciplinas que más reflejan la abstracción en sus lenguajes. Hoy aparecen multitud de
periferias a la arquitectura (el pensamiento, la ciencia, nuevas expresiones artísticas, etc.) que desarrollan la abstracción como lenguaje y herramienta para sus procesos desde la nueva concepción de esta como respuesta a los nuevos paradigmas.
De ellas se vuelcan una serie de herramientas útiles con las que analizar las producciones arquitectónicas desde algo más que los lenguajes analíticos habituales hasta el momento (escala, lugar, tipología). Ahora tenemos herramientas como el diagrama, la post-producción, la lógica difusa o la bio-mímica para responder de forma más efectiva a nuestro tiempo.
Como resultado de los paradigmas y las nuevas herramientas de proceso aparecen unas arquitecturas susceptibles de ser agrupadas dependiendo del uso y las influencias de estas condiciones anteriores. Así pues aparece una Arquitectura Diagrama que será compresión de información donde las arquitecturas serán la traducción tal cual del diagrama al proyecto. También está la Arquitectura Fenómeno que activa soluciones más sensoriales como interfaces de información para contrarrestar las carencias analógicas que la digitalización masiva provoca. Y por último, la Arquitectura Heterotópica donde el orden de la información trasmitida en una obra arquitectónica es trasformado para proporcionar otras sensaciones o datos “ocultos” habitualmente.
Todo este panorama conforma el mapa de la abstracción contemporánea que es sintética porque está formada por unidades sencillas agrupadas y yuxtapuestas para formar algo complejo. El mapa en lugar de la linealidad expresada en la abstracción moderna aparece como algo más complejo y mezclado fruto de la variabilidad procesal y metodológica que proporcionan las disciplinas ajenas a lo arquitectónico y los paradigmas contemporáneos.