Grupo de investigación de Crítica Arquitectónica ARKRIT / dpa / etsam / upm

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Sobre ARKRIT

El Grupo de Investigación ARKRIT se dedica al desarrollo de la crítica arquitectónica entendida como fundamento metodológico del proyecto. El ejercicio crítico constituye el principal gestor de la acción proyectual hasta el punto de que puede llegar a identificarse crítica con proyecto.
Si se considera que el objeto de la crítica no es el juicio de valor sino el estudio de las condiciones propias de cada obra, en relación a otras obras de arquitectura, en relación a otros campos del conocimiento y en relación a otras posibles teorías alternativas, podemos obtener de ella una imagen final flexible y abierta que permita tanto su comprensión veraz como la apertura a nuevos caminos en el curso de la arquitectura.
El Grupo de Investigación ARKRIT se constituyó en 2008 bajo la dirección del catedrático de Proyectos Arquitectónicos D. Antonio Miranda Regojo-Borges y, además de proyectos de investigación, entre las actividades del grupo se encuentra la dirección de tesis doctorales, así como una participación activa en el máster de Proyectos Arquitectónicos Avanzados (MPAA) desde el Laboratorio y el Taller de Crítica y coordinando numerosos Trabajos Fin de Máster.

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ARKRIT - GRUPO DE INVESTIGACIÓN DE CRÍTICA ARQUITECTÓNICA

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PORTADA

17 diciembre, 2015

SUIZA. Turismo de montaña, sanatorios y trenes.

Kosme de Barañano

Hace 150 años comienza el turismo de invierno: Suiza empieza a ofertar sus montañas como medicina, mezcla de deporte y de relax, tal como las playas del Atlántico, de Dinard a Biarriz,  estaban  ofreciendo los baños de mar. El  encanto de la atmósfera limpia y silenciosa, el aire puro de la nieve blanca que cruje bajo tus botas, ayudan a tonificar el cuerpo y el alma, en el encuadre sin fin del paisaje invernal.

En 1785, Cléry de Bécourt funda en Boulogne-sur-Mer el primer establecimiento de bains de mer, con agua caliente. En 1820 en Dieppe, donde en 1573 había sido traído el rey Enrique III, aparece un nuevo hotel de lujo, donde la duquesa de Berry lanzará la moda de los baños por sus estancias cada verano desde 1824 a 1829. Con el desarrollodel transporte ferroviarioy el automóvil, esta moda delos baños de marse desarrolla a topeen la segunda mitad del sigloXIX1.

La playa deja poco a poco a ser un espacio de terapia  para convertirse en un lugar de sociabilidad y de entretenimiento, donde aparecen los complejos turísticos, los casinos  y los hoteles de lujo, los  balnearios en la costa del Atlántico La Rochelle (1827), Cherbourg (1829), o Biarritz  donde la emperatriz Eugenia de Montijo pasará los veranos de 1854-68, y donde ya el escritor Victor Hugo se ha bañado en 1843. Un siglo después Albert Camus escribirá en su cuento autobiográfico Noces que “en las playas de Argel no se dice ‘tomar un baño’ sino ‘pegarse un baño” (on ne dit pas « prendre un bain », mais « se taper un bain »).

Turismo de montaña.

El boom de la montaña en Suiza surge, sin embargo, tras un accidente que recorrió la prensa mundial. Tras escalar el monte Cervino, en julio de 1865, el inglés Edward Whymper, tres guías locales y tres amigos británicos, en el descenso, tuvieron un percance y cuatro de ellos cayeron al vacío. Whymper escribió Scrambles amongst the Alps, editado en 1871, un clásico de la montaña convirtiéndose en el primer montañero de fama mundial. Hoy en día cada verano intentan escalar este monte cerca de tres mil personas; hasta un joven Winston Churchill llegó a pensar en intentarlo. Thomas Hardy escribió un bello soneto2. Gustave Doré reprodujo la aventura en grabado.

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Grabados de Gustave Doré sobre el accidente del Cervino.

Charles Dickens condenó el alpinismo como una “locura mayor que el juego, sin nada que ganar excepto una huera jactancia” (greater folly than gambling, with nothing to win but an empty boast). Tras Whymper vendrían otros héroes de la escalada, de George Mallory a Edmund Hillary, incluso aventureros como sir Richard Branson.

Poco después del accidente el monte Cervino, o Matterhorn en alemán, se pone de moda. Y con ello la localidad de Zermatt en Suiza y la de Cervinia en Italia. Ese mismo año Johannes Badrutt apostó a sus huéspedes ingleses que en invierno podían volver a su hotel en St. Moritz y comer en mangas de camisa, y si no, él pagaba la estancia de todos. Así comenzó la unión de los términos turismo e invierno. El amor por las ruinas   y el paisaje solitario del romanticismo se juntaron  con la vida rústica pero caliente y bien alimentada, con buen transporte y con silencio.  Va a surgir el hotel de montaña como sanatorio, como a orillas del mar han surgido los établissement des bains, los casinos como el de Robert Mallet-Stevens en San Juan de Luz (1928), o los club naúticos como el de San Sebastian  (1929) de  José Manuel Aizpurua  y Joaquín Labayén.

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Casino en San Juan de Luz, 1928. Mallet Stevens.

Ese año del accidente del Zermatt 1865 es también el de la aparición del neologismo thalassothérapie, (del griego thalassa la mar y therapeuein la cura) por el médico Joseph de la Bonnardière,  para una práctica de relajo de nuestra época.

Tras Zermatt y St. Moritz, se abrieron al turismo extranjero, otros bellos lugares suizos como Klosters, Davos, Arosa o Gstaad. La ciudad de Chur, Coira, se convierte en el centro receptor o distribuidor de deportistas y buscadores de aire puro. Coira (término celta para clan o tribu) es la ciudad más antigua de Suiza y la capital de la provincia Raetia de los romanos, convertida por Napoleón en el cantón de los Grisones  o Graubünden en  1803.

Los suizos añaden a las vacaciones blancas su eficacia relojera y técnica: en 1890  se inaugura la linea  de ferrocarril de Chur a Davos, en 1904  la Ferrovia Retica que lleva de Chur a St. Moritz,  y la que lleva de Montreux a Gstaadt, en 1915 la ferrovia de Chur a Arosa donde estaba desde 1888 el famoso Sanatorium Berghilf con el doctor Otto Herwigs. Por este resort (palabra francesa usada ya en 1754 como lugar de recreación), remodelado en 1900 en el Hotel Sanatorio Waldhotel, pasarán de Thomas Mann  (el hotel es el modelo de su Der Zauberberg) a Hermann Hesse o Stephan Zweig. En otros hoteles-sanatorios suizos, en esa nueva arquitectura de montaña, también se cobijaran americanos como Thomas S. Elliot y su mujer Vivien Haigh-Wood  cuando está escribiendo  The waste Land (1922) y  corrigiendo los ensayos The sacred Wood, donde se encuentra esa  memorable reflexión: “the more perfect the artist, the more completely separate in him will be the man who suffers and the mind which creates”. En palabras de Vivien Haigh-Wood el poema surgió frente al silencio de la nieve como si Eliot estuviera “in a trance-unconsciously“.

Sanatorios.

Der Zauberberg (La montaña mágica) de Mann se publicó en 1924 y es un clásico de la literatura en lengua alemana del siglo XX.  Mann comenzó a escribir la novela en 1912, a raíz de una visita a su esposa al Waldhotel de Davos, esa mezcla de hotel y sanatorio, donde se había internado. La novela narra la estancia de su protagonista principal, el joven Hans Castorp de veintitrés años, que ha terminado ingeniería naval, en un sanatorio de los Alpes suizos, para visitar a su primo Joachim Ziemssen, en el Sanatorio Internacional Berghof. Mann describe la realidad pero cambia los nombres, por ejemplo, el  de la clínica, pero no el paisaje ni la arquitectura: (“Un edificio alargado con cúpula, que a causa de los balcones en forma de palcos de lejos parece agujereado y poroso como una esponja”) o el camino que lleva a ella (Castorp sale de la estación de ferrocarril de Davos, camina “hacia la izquierda” y cruza “las angostas vías” para luego ascender “la suave cuesta boscosa”).

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Waldhotel en Davos (1928) & Sanatorio antituberculoso de la Fuenfría (1909).

Esta arquitectura, mezcla de hotel y de sanatorio, la tenemos también en Madrid. El sanatorio antituberculoso de la Fuenfría en el Guadarrama, cerca de Cercedilla, fue inaugurado por Alfonso XIII en 1909;  Fue organizado por el doctor Felix Egaña, y reconstruido por el arquitecto Antonio Palacios en 1924. Tras el descubrimiento de la penicilina en 1928 por Fleming (Premio nobel en 1945) el sanatorio “reúne” gran número de visitas, aunque la tuberculosis no desaparecerá hasta el tratamiento farmacológico comenzado en 1944 con la estreptomicina. Allí, por consejo de Mariano Brull, el pintor Ucelay visita a la escritora cubana Lydia Cabrera y a la venezolana Teresa de la Parra. También aquí conoce a Constancia de la Maza, luego mujer del jefe de aviación Hipólito Hidalgo de Cisneros, que se hospedará donde los Arriluce en Neguri. Ucelay solía recordar cómo el libro de Constancia de la Maza, Doble Esplendor, fue prologado por Stalin y epilogado  por Roosevelt. Federico García Lorca visita aquí también a las escritoras citadas antes. El arquitecto José Luis Iñiguez de Onzoño también estuvo internado aquí, en esta  Venusberg (Monte de Venus), un locus de la literatura germana y de la ópera, entre otros de la ópera Tannhäuser de Richard Wagner, una especie de «paraíso infernal», un lugar de lujuria y desenfreno. Al estilo de la Fuenfría el doctor Jon Arróspide organiza el sanatorio de Fuencaliente cerca de Miranda de Ebro.

Los sanatorios se construían a gran altura, basándose en la teoría fisiológica de aumentar el flujo sanguíneo pulmonar, por la taquicardia inducida por la altura. Los de Suiza están a más de 1600 metros de altitud. En el lugar  se vive con un sentido del tiempo enteramente diferente al habitual. La seducción de la decadencia aparece en estos sitios perdidos en la montaña, rodeados de bosque, en forma de la ruina de un castillo, en la que los sentidos (tanto el sentido de la realidad como el del tiempo) se confunden.

Hermann Broch.

Así que el encuentro con la arquitectura hace que un estado de ánimo sea productivo, que no tiene por qué expresarse conceptualmente, en el pensamiento, sino que se experimenta como sentimiento. La importancia del estilo de nuestra arquitectura lo ha expresado más claramente que un arquitecto el escritor  Hermann Broch,  el autor de esa magnífica novela que es Der Tod des Vergil  (1945)3  pero sobre todo en el ensayo tardío Hofmannsthal und seine Zeit. Eine Studie, de 1955.

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Sobre el Kitsch, Jonah Kinigstein.

Hermann Broch (1886-1951) es -junto con Ludwig Wittgenstein (1889-1951) y Robert Musil (1880-1942)- una de las celebridades intelectuales no ya de fin de siecle sino de entreguerras, y un conocedor asimismo de los deportes de invierno y de los hotel-sanatorios suizos, como lo fueron los citados Thomas Mann (1875-1955) o Thomas S. Eliot (1888-1965). Desde finales del siglo XIX el debate arquitectónico en Europa Central, es decir, la de habla germánica, de Viena a Praga, de Berlín a Zurich, dos ideas marcan tendencia: la demanda de un nuevo estilo actual sin ornamento (los sanatorios), por un lado, y  por otro lado, el desarrollo de las teorías sobre la percepción del espacio (el efecto del chemin de fer).

Los debates fueron alentados por  arquitectos (Otto Wagner, Joseph Maria Olbrich, Adolf Loos) e historiadores (Konrad Fiedler, Max Dvorák, Alois Riegl, Julius von Schlosser) pero también por los escritores y pensadores (Robert Musil, Ludwig Wittgenstein, Elias Canetti, o el propio Broch).

La renovación de la concepción arquitectónica y espacial de los espacios para vivir se experimenta sobre todo en la literatura, como por ejemplo las posibilidades técnicas del vidrio o del hormigón. ¿Cómo son las casas y espacios urbanos representados  en  la narrativa? ¿Cómo respondió  la literatura en Viena o en Berlín o en Zurich  a la cambiante concepción de la arquitectura al comienzo del siglo XX?   Los manifiestos de los arquitectos del modernismo vienés a menudo ejercen una influencia más allá de la arquitectura, pero la respuesta de Musil, de Wittgenstein o de Broch es aún más contundente.

Para Broch el estilo es aquello que en la esfera visual del signo se patentiza visible (in die visuelle Sphäre des Zeigens auf Sichtbares). Nuestra comprensión del mundo se basa en la claridad de la mirada hacia el mundo a la que están asociados nuestros sentidos antes de cualquier conocimiento conceptual. La palabra “evidente” (el término germano anschaulich) tiene en la esfera visual señalando la arquitectura, más que una mera formalidad: un Zeitgeist, un espíritu del tiempo, una filosofía de vida. Los magníficos edificios de Heinrich Ferstel, Teóphil Hansen y Friedrich Schmidt en la  Ringstrasse  de Viena nos ofrecen  un completo del estado de ánimo” (ein Ganzes von Stimmung), como los établissement des bains, o las montañas mágicas.

Broch hace hincapié en el principio organizador de la arquitectura (Ordnungsprinzip der Architektur). Estilo no es sólo lo visualizado del trabajo individual, sino el hacerse visible la forma en que una sociedad y época se manifiestan.  “La visibilidad es una función del ojo físico y tiene lugar en el espacio físico -el ojo “espiritual” no es más que una metáfora- y por ello debemos preguntar: ¿dónde el símbolo es verdaderamente visible? ¿dónde manifiesta su “espíritu” verdaderamente en el espacio? Ciertamente en las artes visuales, por supuesto en la arquitectura,  por supuesto en el teatro: por supuesto, como estilo.”

Más adelante añadirá :Después de todo a través de un principio de organización contenido en el estilo y en particular en el gran estilo y a través de ese nivel de realidad por él creada, donde aparece lo oculto, lo imposible de conocer, en cuanto visible, conectable, posible, esto es, tangible, y  donde  (…) también los contenidos entre forma arquitectónica y forma arquitectónica, que son así perceptibles, los contenidos entre los contenidos, la visible invisibilidad como producto de la tensión dinámica provocada por el orden y la disposición de los símbolos, la estática y la dinámica en una completa arquitectura como símbolo, son (esos contenidos formales) el  verdadero arte, no sólo el del escenario, que manifiesta lo esencial”4.

En este sentido podemos recordar un acontecimiento posterior. En octubre de 1943, a raíz de la destrucción de la Cámara los Comunes por las bombas incendiarias durante el Blitz de la aviación nazi, el parlamento debatió la cuestión de la reconstrucción de la cámara. Acordaron mantener su patrón rectangular de confrontación en lugar de cambiar a un diseño semicircular o de herradura favorecido por algunas asambleas legislativas de Europa. El propio Churchill insistió determinadamente en el debate a favor de la forma rectangular de la antigua Cámara, responsable del sistema de dos partidos, en cuanto esencia de la democracia parlamentaria británica, con una frase memorable, en la línea de pensamiento de Broch: “We shape our buildings; thereafter they shape us” (damos forma a nuestros edificios y después nuestros edificios nos forman)5.

Broch, que había criticado los resurgimientos simplemente simuladores  (neogóticos, etc.) del XIX, que había criticado a los artistas del Jugendstil como meros decoradores, que consideraba Viena como un vacuum, un vacío  museo de sí misma, y que había criticado a Adolf Loos por su Ornament und Verbrechen (1908), predice que la Arquitectura, que las formas arquitectónicas, “son las que representan el “espíritu” de una época o de un país, y en esa visibilidad está el estilo de la época y del país”6.

Wittgenstein se ha construido su casa, la Stonborough Haus, en la Kundmanngasse (hoy embajada de Bulgaria)  junto con el arquitecto Paul Engelmann en 1925-29, al estilo Loos, sin ornamentos. Broch ha combatido el libro de Loos, “las fachadas sin ornamento” pero está de acuerdo en que la arquitectura del siglo XX necesita otro fundamento y otra esencia, otra experiencia del espacio. En el exilio en Nueva York será un defensor de la obra de Mies van der Rohe, la arquitectura como el racionalismo del presente. Broch será el primero en relacionar el estilo del Finnegans Wake de James Joyce con el cubismo de Picasso.

Por su parte Robert Musil, que ha estudiado  ingeniería en la  Deutsche Technische  Hochschule Brünn (1897-1902) y que ha escrito un ensayo sublime sobre el concepto de monumento, Denkmal, avisa en su novela Der Mann ohne Eigenschaften (1942) de la falta de estilo de las grandes ciudades industriales: “la ciudad deviene en ‘enfermedad’ a la que el intelectual se siente condenado”7.  Huir de la ciudad cogiendo el tren para escaparse a la montaña será un motivo de muchos intelectuales en la literatura en alemán, mientras que para los franceses será coger el train bleu para irse a las playas de Calais o de Menton. Jean Cocteau, con música de Darius Milhaud, escenografía de Picasso y vestidos de Chanel, estrena el ballet Le Train bleu  en 1924.

El Ferrocarril.

La novela  de Mann se abre con el viaje en ferrocarril del joven Castorp desde Hamburgo hasta Davos, en los Alpes suizos, y terminará con la vuelta del joven a su primer trabajo  en los astilleros Tunder & Wilms. La arquitectura de fondo de la novela es el sanatorio, pero entre los destinos, entre el viaje de la casa burguesa y el hotel-sanatorio, aparecen el ferrocarril y la construcción naval.

Los suizos no tienen mar pero han tenido los mejores equipos de vela y de regatas a lo largo del siglo, hasta el Alinghi, consiguiendo la American’s Cup. Y desde luego tienen los mejores y más puntuales ferrocarriles del mundo.

El tren Bernina Express o Trenino Rosso es Patrimonio Unesco desde 2008, pero quizá más espectacular es el Der Golden Pass-Panoramic-Express un convoy con aerodinámicos vagones dorados que comunica Montreux con Interlaken. Montreux, de clima benigno y su vegetación subtropical, está a orillas del lago de Ginebra, y con este tren se pasa enseguida a cumbres de 2000 metros de altura, atravesando un verdadero paisaje alpino donde, por ejemplo, vivió el pintor Balthus en Rossinière, un poco antes de Gstaad.

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Glazier Express, 1924 & Otto Baumberger, 1934.

Tras estas infraestructuras ferroviarias, de verdadera magia de ingeniería y diseño, el 24 de diciembre de 1934 se inaugura el Bolgenlift, el primer telesquí del mundo en Davos. Obra  del ingeniero Ernst Constam y  del  profesor de esquí Jack Ettinger, abre esa aportación de los suizos a las obras de acero y de hormigón en alta montaña, que no se han cansado de exportar. Luego otros como los hermanos Gianadda construirán con el dinero conseguido de sus apuestas ingenieriles hasta importantes museos como el de Martigny.

Con el disfrute de las infraestructuras turísticas (hoteles de montaña, trenes cómodos y puntuales, y pistas de esquí con telesillas) comienza también la propaganda, con los primeros posters, que no sólo fueron imágenes sino manifiestos, carteles con información precisa tanto de las posibilidades del deporte de invierno como de las del relax. La litografía de 1908 de Emil Cardinaux sigue siendo el primer poster moderno y modelo de poster publicitario, con líneas firmes y campos de color claros, al fondo la imagen del cuerno rocoso: mezcla la sobriedad germana en el diseño con la fluida composición al estilo impresionista francés.

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Zermatt, 1908. Emil Cardinaux.

Hay un libro recomendable, el de Andreas Bachofner, UR-Alpen (Gisler Druck, Altdorf 2014), donde cuenta como en este cantón del Uri se ha pasado de la prehistoria a la supermodernidad del deporte invernal, de los cántaros de madera follä para hervir la leche con piedras calientes como en el Pirineo vasco  los katillu, a calentar la cama con el mismo instrumento. Han pasado en estos últimos 150 años de defenderse de la naturaleza a ganar dinero con ella. Suiza tiene 48 montañas con una altitud superior a los 4.000 metros. El libro Altitude 4000, del fotógrafo Maurice Schobinger y el alpinista Pierre Abramowski, documenta en el 2008  treinta y cinco de estos colosos.

Casi todos los buenos albergues, sean en Zermatt o en Gstaad son de familias que los llevan casi desde el principio. Incluso los más modernos como el Hermitage Restaurant & Beauty, quizá el mejor boutique hotel de esquí, en Cervinia, aunque es  Italia, la familia Neyroz lleva 40 años dirigiéndolo.

El primer club de montaña fue el británico Alpine Club, en 1857 y con el de alguna manera comienza el alpinismus moderno. La naturaleza, la geología,  el agua y las rocas y cómo todo ello se combina, nos ha llevado a la admiración por la montaña suiza. La reducción a formas simples llevada por el viento, la blancura de la nieve iluminada por el bajo sol del invierno, los valores de peso y de contraste entre rocas y aludes, han llevado a la Begeisterung del observador: excelente palabra germana para la emoción del espíritu, para el entusiasmo, que en castellano no encierra esa dinámica del alma. Éxtasis del espíritu humano que mira de frente a las montañas, que reconoce los diversos tipos y tonos del blanco, y ve cómo la densidad habla de la dureza de la nieve, que se asombra ante lo mineral de los grandes macizos y lo  arquetípico del paisaje. El  Zermatt Unplugged, con una  carpa de 48 metros de diámetro,  recoge desde hace unos años el festival de música, que congrega a 26.000 personas ante ese pico que como un cuerno se retuerce, el Matterhorn. 

Los suizos han combinado la tecnología (trenes, estaciones de esquí) con los contenidos (belleza, relax) para su selecto turismo, dotando a lo que tienen regalado por la naturaleza del mejor nivel técnico para conseguir la comodidad: esquiar bien, respirar bien, dormir bien. No han necesitado de estrategias de marketing, sino de hacer las cosas bien, de que los clientes simplemente vuelvan. El viaje a Suiza no es sólo un viaje al pasado, es un viaje a la realidad del presente, a la cómoda realidad del aquí y ahora.

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  1. Véase el libro de Yves Perret-Gentil, Alain Lottin, Jean-Pierre Poussou, Les villes balnéaires d’Europe occidentale du XVIIIe siècle à nos jours, PUPS, Paris‎ 2008.
  2. Poema de Thomas Hardy: ZERMATT TO THE MATTERHORN (junio 1895):

    Thirty-two years since, up against the sun, / Seven shapes, thin atomies to lower sight, / Labouringly leapt and gained thy gabled height, / And four lives paid for what the seven had won. /// They were the first by whom the deed was done, / And when I look at thee, my mind takes flight / To that day’s tragic feat of manly might, / As though, till then, of history thou hadst none. /// Yet ages ere men topped thee, late and soon / Thou watch’dst each night the planets lift and lower; / Thou gleam’dst to Joshua’s pausing sun and moon, / And brav’dst the tokening sky when Caesar’s power / Approached its bloody end: yea, saw’st that Noon / When darkness filled the earth till the ninth hour.

    Treinta y dos años después, contra el sol, / Siete siluetas, diminutas vistas desde lo bajo, / Saltaron y ganaron laboriosamente aquella altura escarpada, / Y cuatro vidas pagaron por lo que los siete habían ganado. /// Ellos fueron los primeros en los que se realizó la escritura, / Y cuando te miro, mi mente alza el vuelo / Hacia la trágica hazaña de aquel día de la fuerza viril, / Como si, hasta entonces, no hubiera ninguna otra en la historia. /// A pesar de las edades de estos hombres muertos, tarde y pronto / Tú viste cada noche los planetas levantarse y bajar, / Tú vislumbraste el sol y la luna de Josué pausados, / Y desafiaste el cielo engañoso cuando el poder de César / Se acercó a su sangriento final: sí, viste ese Mediodía / Cuando la oscuridad llenó la tierra hasta la novena hora.

  3. Traducción española La muerte de Virgilio, Alianza, (2007). Sus ideas sobre el arte y el kitsch se encuentran en “Das Böse im Wertsystem der Kunst” (“El mal en el sistema de valores del arte”) de 1933, en Dichten und Erkennen. Essay, edición e introducción de Hannah Arendt, de 1955, traducción española “Notas sobre el problema del Kitsch”, en H. Broch, Kitsch, vanguardia y el arte por el arte, Barcelona, Tusquets Editor, (1970).
  4. en  Hofmannsthal und seine Zeit. Eine Studie, cito por la edición de Frankfurt am Main. 2001:

    p.124: “Sichtbarkeit ist Funktion des physischen Auges und vollzieht sich im physischen Raum – das ‘geistige Auge’ ist bloß eine Metapher – , und so ist zu fragen: wo ist das Symbol wahrhaft sichtbar? Wo manifestiert es seinen ‚Geist’ wahrhaft im Raume? Gewiß in den bildenden Künsten, gewiß in der Architektur, gewiß auf dem Theater: gewiß als Stil,”.

    p.125: “Denn durch das im Stil und insbesondere im großen Stil enthaltene Ordnungsprinzip und auf der von ihm geschaffenen höheren Realitätsebene wird das sonst Verborgene, das sonst Unwißbare‚ sichtbar, verknüpfbar, möglich, ja ‚greifbar’, und es sind (…) auch die Inhalte zwischen Architekturform und Architekturform, die solcherart wahrnehmbar werden, die Inhalte zwischen den Inhalten, die sichtbare Unsichtbarkeit als Produkt der dynamischen Spannung, bewirkt durch die Ordnung und Anordnung der Symbole, Statik und Dynamik in einem, so daß in solch zuchtvoller Symbol-Architektonik jede wahre Kunst, nicht nur die der Bühne, das Essentielle aussagt”.

  5.  Churchill, casi cuarenta años antes, había escrito un pensamiento en forma de poema en la ciudad escocesa de Dundee (Dundee, 4 de mayo de 1908):

    Let us build wisely, / let us build surely, / let us build faithfully, / let us build for the years that are to come, / and so establish here below what we hope to find above- / a house of many mansions, / where there shall be room for all.

    Construyamos sabiamente, / construyamos con seguridad, / construyamos con fidelidad, / construyamos para los años que están por venir, / y así estableceremos aquí debajo lo que esperamos encontrar  arriba, / una casa de muchas mansiones, / donde habrá espacio para todos.

  6. Ibid.  p. 124: “Denn es sind gerade die architektonischen Formen, welche den‚ Geist’ einer Epoche oder eines Landes repräsentieren, und in der Sichtbarkeit ist der Stil der Epoche und des Landes”. (… debido a que son las formas arquitectónicas las que representan el “espíritu” de una época o de un país,  y en su  visibilidad son el estilo de la época y el país.)

    Es interesante a este respecto la exposición Architektur in Wörter (Arquiectura en Palabras), comisariada por Gabriele Kaiser y Kurt Zweifel, para la Kuntshaus Mürzzuschlag  (octubre 2006) consistió solamente en palabras. Frente al dominio total de lo visual en la mediación actual de la arquitectura -a través de fotografías y de representaciones evocadoras construidas con el ordenador- esta exposición se concentró en el lenguaje que tiene un papel subordinado en la arquitectura, pero sigue siendo un instrumento de diseño y de clarificación conceptual. La exposición respondía a la pregunta, ¿en qué formas y tipos de textos la arquitectura “se expresa” o habla literalmente? No trata del lenguaje técnico o de la jerga que gobierna los contenidos arquitectónicos de la postmodernidad sino de la relación especial entre el lenguaje y la arquitectura. Los textos literarios reunidos en el marco de esta exposición no estaban allí por su capacidad de imaginar espacios o describirlos, sino por la capacidad de construir un texto, por su capacidad de articular un pensamiento espacial.

  7. “doch zugleich wird die Grossstadt zur ‘Krankheit’, zu der er (der Intelektuelle) sich verurteilt fühlt” (“pero al mismo tiempo a la “enfermedad” de la gran ciudad, es a lo que (los intelectuales) se sentirán condenados”).
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