31 mayo, 2018
REFLEXIONES sobre los CAMBIOS en la CIUDAD de NY. 4/4. Arquitectos y Escultores.
En esta cuarta y última de sus crónicas neoyorquinas, del 8 de marzo, del 22 de marzo y del 26 de abril, nuestro colaborador Kosme de Barañano nos hace llegar una doble pregunta: por un lado la aparición de un nuevo “tipo” arquitectónico que ha aparecido en un nicho “ecológico” extraordinariamente limitado, el rascacielos ultraesbelto destinado a residencia de lujo en torno al Central Park y por otro la construcción de “instalaciones” en las que algunos arquitectos experimentan en un campo nuevo en el que la arquitectura comparte territorio con la escultura. Sus cuatro crónicas son un reportaje lúcido y vívido sobre el estado actual de una Nueva York que, completamente recuperada del golpe del 11 de septiembre, está sirviendo, de nuevo, como campo de pruebas de los límites de lo arquitectónico.
Señalaba en la primera de estas crónicas neoyorquinas que los Hudson Yards con sus edificios están cambiando la centralidad que el Empire State daba al skyline de la ciudad de Nueva York. Pero no solamente por las construcciones de esa zona del Far West Side. También por otras piezas urbanas, que además de a la altura responden asimismo a extravagancias formales, a arquitectos e ingenieros en busca de un touch escultórico. Vuelve así el cuestionamiento de Arte y Arquitectura. El año pasado (octubre 2017) la Feria Frieze en Londres comenzó con unas conferencias de arquitectos (Elizabeth Diller, David Chipperfield, David Adjaye) o nuevos diseñadores como Thomas Heatherwick, que lo mismo construyen museos y rascacielos que nuevas esculturas.
En el skyline de Nueva York han aparecido en los últimos tres años una nueva generación de rascacielos (los supertall, es decir, aquellos que pasan los 300 metros) con un excelente diseño formal: por ejemplo, el de Rafael Viñoly con 96 pisos (425 metros), considerado de momento como el edificio residencial más alto del hemisferio occidental, con sus ventanas cuadradas inspiradas en un modelo de papelera de Josef Hoffman. Si se mide de suelo a techo, sin antenas, es el edificio más alto de Nueva York, superando al World Trade Center por 8,5 metros. Está en la calle 57 aunque viene denominado 432 Park Avenue.
Fig 1. Edificio residencial 434, Park Avenue. Rafael Viñoly, 2016.
En la misma calle al otro lado, al West está el One 57 (306 metros) de Christian de Portzamparc terminado en 2014, cerca de las ya citadas torres de los Hudson Yards 1. En la misma calle más al oeste aparece el 111 West 57th Street (420 metros), del grupo SHoP Architects. Y más hacia el río, la Nordstrom Tower 217 West 57th (472 metros) de Adrian Smith y Gordon Gill que se abre en 2019. Y al lado el 220 Central Park South (290 metros), con 66 pisos, de Robert A.M. Stern, una estructura revestida en su fachada de piedra caliza, como casi todo lo de este arquitecto.
Fig 2. Izq: A la izquierda One 57 de Christian de Portzamparc y a la derecha Nordstron Tower de Adrian Smith + Gordon Gill. Centro: 111 West 57th Street de SHoP Architects. Dcha: 220 Central Park South de Robert A.M. Stern.
En el este, además de la torre de Viñoly, encontramos compitiendo con el Four Seasons de I. M. Pei (1993), otro edificio de Stern el 520 Park Avenue (240 metros), de 54 pisos, una torre de piedra en la esquina de la calle 60, cambiando la perspectiva de toda la avenida intacta visualmente desde el Pan Am Building (hoy MetLife) diseñado por Emery Roth con Pietro Belluschi y Walter Gropius, que fue el edificio de oficinas más grande del mundo por superficie. Según el The Wall Street Journal, aquí en la torre de Stern, están los pisos más caros de todos los nuevos rascacielos, pasando los 70 millones, debido a las alturas de los apartamentos, la organización de los interiores y la amplitud de sus terrazas.
Detrás del Seagran Building de Mies van der Rohe en 1958 Norman Foster ha levantado el One Hundred East Fifty Third Street, de 63 pisos, con una delicadeza en blanco, que sólo él podía ser capaz de diseñar. Pasa desapercibido, por su localización, pero sin duda es una de las obras más singulares y bellas de todo este momento. Foster sale con sobresaliente de la comparación con el icono que es el Seagram Building.
Cerca ya del East River, aparece la doble torre escultural American Copper Building, de SHoP. Dos edificios revestidos de cobre que se doblan en el centro para reunirse en una pasarela, aportando un nuevo dinamismo visual a una zona de la ciudad. ¿Se están apoderando los arquitectos de la nueva visión escultórica en las ciudades de hoy?
Desde su fundación en 1996 SHoP ha ligado su praxis arquitectónica a la visión escultórica, a un acercamiento no convencional al diseño, cuestionando patrones de práctica aceptados como teoremas. Han diseñado las oficinas de la sede de Google, el nuevo edificio académico del Fashion Institute of Technology y el Barclays Center de Brooklyn. En 2000, ganaron el premio anual del P.S.1 para Jóvenes Arquitectos con un diseño llamado Dunescape. Y poco después diseñaron el Rector Street Bridge, una pasarela peatonal provisional, para volver a conectar Battery Park City y el World Financial Center en el Lower Manhattan después del 11 de septiembre de 2001. Uno de los socios del equipo, William Sharples, ha llevado a cabo un espacio de laboratorio y un plan de estudios integrado para un programa de robótica en la Benchmark School en Media, Pennsylvania.
Fig 3. Izq: 100E 53th Street de Norman Foster. Centro: American Copper Building de SHoP Architects. Dcha: Dunescapes de SHoP Architects.
El año pasado presentaron la instalación de Wave/Cave para la exposición Material Immaterial de Interni Magazine, en la 20ª Semana del Diseño en Milán (del 3 al 9 de abril 2017). Wave/Cave es un conjunto de 1.670 bloques de terracota, sin esmaltar, tallados y apilados, (7,2 x 10 x 3,6 metros), colocados en el claustro de Ca’Granda (ex Ospedale Maggiore), obra del arquitecto renacentista Filarete. Cada bloque ha sido individualmente tallado, mientras que parecen lisos en el exterior. Sharples dijo que la instalación es una reacción a las prácticas actuales de la industria arquitectónica, buscando dar a los visitantes un momento de paz y tranquilidad. Una instalación, accesible sólo a la imaginación y la mirada, que busca un comentario lento y tranquilo sobre la solidez, el tiempo profundo y el ritmo contemporáneo del cambio.
Wave/Cave es un recinto escultórico que invita a los visitantes a hacer una pausa y reflexionar, como un contrapunto deliberado a la agitación interna y la atención interrumpida de la tecnología. “Enfocarse en esta idea de solidez y lentitud es una reacción a lo que ha sucedido con mucha arquitectura en los últimos años”, dijo Sharples. “Wave/Cave nos pide que reduzcamos la velocidad y volvamos a estar en contacto con el peso y el ritmo de la arquitectura de otras épocas” 2.
Fig 4. Wave/Cave de SHoP Architects.
Mientras en Nueva York aparecen estos nuevos rascacielos con un plus escultórico por parte de los arquitectos, los funcionarios públicos, algunas asociaciones de artistas y la prensa, se enzarzan en una guerra bizantina sobre la conveniencia de ciertas esculturas públicas. Por ejemplo, la desaparición de la estatua de Colón en Columbus Square, por el sentido imperialista de la aventura de este marino. ¿Está la escultura de los escultores, debido a los conceptualismos y a las performances efímeras, perdiendo su lugar en la ciudad? ¿Están retomando ese papel los arquitectos y los diseñadores con voluntad de riesgo?
El ejemplo de SHoP que, a la vez levanta uno de los rascacielos más altos y estrechos en la ciudad así como una doble torre quebrada, como si fuera una escultura de Joel Shapiro, y que es capaz de crear una de las instalaciones más bellas en Milán, nos señala por dónde van ciertas líneas del futuro.
- Ver, en este mismo blog, el artículo 1 de 1 de la serie “Reflexiones sobre los cambios en la Ciudad de Nueva York”. ↩
- “Focusing on this idea of solidity and slow time is a reaction to what has happened to a lot of architecture over the past few years. Wave/Cave asks us to slow down and get back in touch with the weight and pace of architecture from other eras”. ↩