18 noviembre, 2015
Guerra secreta entre escuelas
Dar la voz a las víctimas es la condición de toda verdad.
(T. Adorno).
1.- El que no distingue confunde y se confunde. La buena distinción distingue calidades. En el campo de combate ideológico el orden de batalla es el mismo que aquel original en la Asamblea de París de 1789: Izquierdas vs. Derechas. Así:
Civilización universal | vs. | Culturas locales |
Poéticas (Construcción) | vs. | Artes (Composición) |
Modernidad | vs. | Modernismo y Postmodernismo |
Razón | vs. | Racionalismo (irracional) |
El juramento del juego de la pelota. Jacques.Louis David. Esbozos de 1793. Especial interés tiene la mitad superior donde se contrapone una parte derecha monárquica y oscura con unos aires revolucionarios iluminados por la izquierda.
Que también podríamos desplegar ampliando la serie anterior por medio del eterno khorismos entre parejas de términos irreconciliables:
Realismo crítico | vs. | Romanticismo lírico |
Materialismo | vs. | Idealismo |
Modernidad | vs. | Anacronismo |
Vanguardia | vs. | Tradición |
Progreso (Historia) | vs. | Historicismo |
Energía | vs. | Entropía |
Ese abismo socrático entre conceptos antagónicos, el gran khorismos arquitectónico entre Razón Común y Emoción Existencial sigue vigente en las aulas. El khorismos de Jesús de Nazaret, convertido en praxis por Marx, prescribe: No se puede servir a dos señores. No se puede servir a Dios (verdad, belleza y justicia) y al Poder Financiero. El doble servicio simétrico es pura impostura y territorio inelegante: de los eclécticos, oportunistas, apolíticos (idiotees), postmodernos y neoliberales. Por todo ello, tendremos que elegir, que decidir, que optar si queremos aclarar nuestra conciencia y renovar la ciudad, la arquitectura, la civilización, la razón. Para salvar la Razón Común, para obtener calidad de excelencia universal, para separarnos del horror, para construir a la vez y con cada objeto ética, estética y epistémica, tendremos que optar. Los arquitectos tendremos que optar -no caben acuerdos ni componendas- por ejemplo, entre:
Karel Teige moderno | vs. | Philip Johnson postmoderno |
El mejor Teige, el Teige constructivista (1925-1935) demuestra que la verdadera arquitectura no compone monumentos artísticos sino que construye instrumentos científicos. Philip Johnson (conocido misógino y neonazi) defendía su rascacielos ATT de modo romántico o corruptor: “¡Necesitamos más emocionalismo y menos intelectualismo!”
La crítica inorgánica o libre, y la crítica orgánica -de los defensores del sistema de dominio- no significan dos “posturas”: son Dos Escuelas claramente enfrentadas, que encabezan respectivamente las líneas por las que transcurre toda la ideología urbana o arquitectónica desde 1900. Respecto a la vigencia del Movimiento Moderno veamos un ejemplo:
G.Argan + B. Zevi | vs. | E. N. Rogers + A. Rossi |
2.- El día 9 junio 2013, “El Objetivo” -TV 6 Madrid- se planteó la misma pregunta a diversos políticos de la derecha y la izquierda sobre si creían en la posibilidad y la existencia de hechos objetivos y juicios objetivos. Sin dispersión y sin matices, los de la izquierda afirmaron y los de la derecha negaron. Esta muestra nos debería hacer pensar en los peligros ideológicos de las formas plásticas propias del capitalismo neoliberal.
Frente a las 100.000 culturas alienantes, la Civilización -única y moderna- que inaugura Sócrates y desarrolla Jesús de Nazaret, es más tarde sostenida por Robespierre, Marx, Engels, Tolstoi, etc. Esa auténtica fraternidad escinde la realidad en dos corrientes excluyentes, en dos conjuntos disjuntos e incompatibles a izquierda y derecha:
Democracia | vs. | Capitalismo |
En el siglo XXI, una corriente Marxista y una marea Neoliberal se excluyen, se ignoran y secretamente se combaten en toda clase medios, de universidades, de disciplinas, de asignaturas. Es la batalla eterna entre la verdad y la mentira: “es licito enriquecerse a costa del sufrimiento ajeno.” Nos dice la OCDE –nada sospechosa de izquierdismo- que la desigualdad planetaria entre los ricos y pobres no ha dejado de crecer desde 1975 hasta 2015.
La arquitectura no debe ser “la Reina de las Bellas Artes” -como le gustaba al idealismo siniestro y prenazi de Schopenhauer y como afirman los profesores más corruptos- sino la negación y contrafigura de las viejas artes plásticas. Por todo ello existe en la crítica orgánica -o cómplice- una afición a la representación y el monumentalismo –ideología cristalizada, efectismo, historicismo y populismo- que corrompe el gusto de los alumnos y la disciplina misma.
Contra la estética burguesa neoclásica y romántica o decimonónica, que invade e infecta aún en el siglo XXI todas las escuelas de arquitectura, siempre hay algún aula donde se defiende la unidad -vitrubiana, albertiana o tomista etc.- entre Ética, Estética y Epistémica en una sola excelencia: la alta calidad arquitectónica de la arquitectura. Esa síntesis platónica coincide con la Modernidad y ha sido defendida desde la Izquierda y combatida desde la Derecha durante el siglo XX:
M. Ginzburg | vs. | L. Kahn. |
T. Maldonado | vs. | L. Krier |
R. Banham | vs. | Ch. Jencks |
C. Price | vs. | R. Venturi |
B. Fuller | vs. | C. Rove |
En paralelo debemos distinguir entre: Modernidad o Arquitectura como Ciencia Poética y su negación: Modernismo o Arquitectura como Plástica Artística. Unas cuantas parejas de conceptos críticos, excluyentes y contradictorios determinan la calidad de la docencia en la arquitectura. A la izquierda el Progreso Histórico Ilustrado, a la derecha, el Eterno Regreso a la Caverna…El eterno retorno de los intelectuales al redil. (Gramsci)
3.- En coincidencia con el setenta aniversario de la entrada del Ejército Rojo en el centro de Berlín (1945) se pronunció en la ETSAM un breve discurso. La impagable deuda contraída por la humanidad con el Redarmy merecía unas palabras de lucha. Así como la lucha de clases (Trabajadores Vs. Financieros) existe pero se mantiene oculta, podemos comprobar la existencia -ideológicamente oculta- de dos escuelas irreconciliables dentro de cada Escuela de Arquitectura. En efecto, separando esas dos escuelas vemos el mismo khorismos abismal que atraviesa la crítica durante el siglo XX y XXI.
Ciencia objetiva | vs. | Adivinación esotérica |
Construcción lógica | vs. | Composición lírica |
Materiales abstractos | vs. | Lenguajes figurativos |
Estructuras geométricas | vs. | Estilo e Imagen |
Que podrían integrarse en una sola contradicción:
ESCUELA CRÍTICA | vs. | ESCUELA LÍRICA |
Bajo apariencia de unidad hoy, en todo Occidente, cada Escuela está escindida en dos Escuelas de Arquitectura contradictorias y de muy distinta calidad:
Una minoritaria o resistente, es la escuela de la Modernidad y la poética, la misma que por tanto habla de Cervantes, Kant, Hegel, Tolstoi, Engels, Flaubert, Marx, Weiss, Vallejo, Machado, Trotsky, Kafka, Joyce, Neruda, Brecht, Adorno, Pavese, Lukacs, Bloch, Felipe, Buñuel, Celaya, Strawinski, Otero, Maiakovski, Teige, Einstein, Lefevre, Bordieu, Chomsky, Buck-Morss, Eagleton, Harvey, Subirats, Martí, etc.. Allí se estudian tantas obras excelentes –poéticas o antiartísticas de la Modernidad- de Picasso, Gris, Leger, Klee, Lipchitz, Soutine, Malevich, Braque, Rodchenko, Lissitzky, Tatlin, Schwitters, Archipenko, Barjola, Gabo, Bill, Arp, Sert, González, Bacon… y a teóricos como Banham y Benevolo, el primer Zevi, el primer Frampton… y arquitectos como Prouvé, la escuela Vhutemas, Leonidov, Foster, Price, Bill, Vesnin, Piano, Holl, Zumthor y los edificios mejores de Albert Kahn.
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Por el contrario, la otra escuela -del Modernismo y las Bellas Artes- trata de consolidar y gestionar lo dominante, lo retroseudo vigente: el eterno retorno del kitsch. Es la misma que utiliza los textos psicotóxicos de Berkeley, Goethe, Nietzsche, Heidegger, D´Ors, Ortega, Kundera, Baricco, Sloterdij, Rorty, Vattimo, Baudrillard, De Man, Feyerabend, Popper, Lakatos, Bauman, Steiner, Lyotard, Trías, Argullol, Rubert de Ventos, etc. Es la misma escuela que se nutre de las anémicas artes anglosajonas (Flavin, Rothko, Judd, Matta, Graham, Turrell etc.) y que admira la obra neoclásica y antimoderna de Louis Kahn. En esa segunda escuela modista -idealista, académica, de tuna y novatada- se “respetan todas las opiniones” para una emoción apasionada y existencial. En España, esa escuela artística -inaugurada entre otros, por L. Moya Blanco o P. Muguruza- incluye hoy cátedras dirigidas por acólitos y apologistas públicos de, por ejemplo, Lutyens o Krier. Allí la ignorancia y el esnobismo anarcoliberal adoran la mediocridad pictórica de Friedrich, Dalí, Hopper, Hockney, Salle… la mediocridad teórica de S. E. Rasmussen, Ch. Norberg-Schuz, P. Portoghesi, R. Venturi, P. Johnson, D. Watkin, Ch. Jencks o J. Pallasmaa, y la plástica postmoderna de Durrel Stone, Bofill o Tusquets. Allí se exhibe la máxima tolerancia con el siglo XIX y sus románticas influencias (de los Strauss a los Wagner) en la peor arquitectura. |
Albert Kahn, Glenn Martin Assembly Hall, Baltimore, 1937. & Louis I. Kahn. Asamblea Nacional en Dacca, Bangladesh, 1982.
En resumen: Lucha de clases en las clases.
Dos escuelas: En la una, minoritaria se produce ciencia poética arquitectónica y urbana. En la otra, magia artística, se “crea” la fantasmada postmoderna o antimoderna de una banalidad impostada con parásitos retóricos tales como el “lenguaje”, la “metáfora”, la “alegoría” y el “símbolo” en el mercado de la ”creación genial” y las “emociones”.
La halitosis a causa del champán o los malos alimentos y la pura plástica del efectismo -sentimientos y sensaciones para emocionar a turistas de crucero- se percibe también en los pasillos escolares.
Véanse los resultados en las mansiones de los famosos, los mafiosos, los príncipes, los nuevos ricos, los futbolistas, los magnates, etc. por ejemplo en Beverly Hills y otras “urbanizaciones” de prestigio.