Grupo de investigación de Crítica Arquitectónica ARKRIT / dpa / etsam / upm

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Sobre ARKRIT

El Grupo de Investigación ARKRIT se dedica al desarrollo de la crítica arquitectónica entendida como fundamento metodológico del proyecto. El ejercicio crítico constituye el principal gestor de la acción proyectual hasta el punto de que puede llegar a identificarse crítica con proyecto.
Si se considera que el objeto de la crítica no es el juicio de valor sino el estudio de las condiciones propias de cada obra, en relación a otras obras de arquitectura, en relación a otros campos del conocimiento y en relación a otras posibles teorías alternativas, podemos obtener de ella una imagen final flexible y abierta que permita tanto su comprensión veraz como la apertura a nuevos caminos en el curso de la arquitectura.
El Grupo de Investigación ARKRIT se constituyó en 2008 bajo la dirección del catedrático de Proyectos Arquitectónicos D. Antonio Miranda Regojo-Borges y, además de proyectos de investigación, entre las actividades del grupo se encuentra la dirección de tesis doctorales, así como una participación activa en el máster de Proyectos Arquitectónicos Avanzados (MPAA) desde el Laboratorio y el Taller de Crítica y coordinando numerosos Trabajos Fin de Máster.

Dónde estamos

ARKRIT - GRUPO DE INVESTIGACIÓN DE CRÍTICA ARQUITECTÓNICA

Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid
Departamento de Proyectos Arquitectónicos
Avenida Juan de Herrera 4
Ciudad Universitaria 28040
Madrid - España

E-mail: arkrit@arkrit.es

imagen para artÃ-culo B Amann

30 abril, 2015

Etiquetado en Crítica de la crítica, Crítica del proceso, Crítica poética, instrumentos de proyecto,

CRÍTICA Y ACCIÓN. Un cambio de actitud

Beatriz Amann Vargas

La crítica de la arquitectura propiamente dicha -esto es, más allá de la historiografía- comienza alrededor de los años treinta del siglo XX. Es entonces cuando aparecen publicaciones como Casabella (1928), L’Architecture d’Aujourd’hui (1930) o Architectural Review (1937). En aquel momento, se tiene un objetivo claro: dar a conocer las acciones arquitectónicas y los valores del movimiento moderno.

Hoy vivimos en una sociedad caracterizada por lo informacional. Una sociedad que permite un intercambio de información global, abierto y sin jerarquía. Los avances tecnológicos y la movilidad han hecho posible el intercambio de información a distancia a través de redes informacionales y esto supone un cambio a todos los niveles. Hoy vivimos en la sociedad red de Castells (1997). En este contexto, ¿puede continuar siendo la labor de la crítica de la arquitectura una labor de transmisión, de difusión? Y, sobre todo, ¿debe ser así?

Durante las últimas décadas, han aparecido nuevos términos que dejan constancia de una realidad que avanza a partir de la interacción, de la actividad de acción y re-acción. La eco-organización1, la ecoLógica2, la geoLógica3… Todos ellos tienen algo en común: el establecimiento de estrategias colectivas con el fin de crear estados híbridos de encuentro y des-encuentro. La complejidad de esta realidad también alcanza a la arquitectura, que se nutre de nuevas formulaciones y sistemáticas. La geometría se transforma en topología y los procesos de proyecto se desarrollan de manera cada vez más compleja, manejando gran cantidad de información simultánea con un instrumental distinto. Además, todo ello sucede ligado a una nueva categoría: la de sostenibilidad. Una sostenibilidad entendida como el modo sensible y respetuoso de interactuar con el territorio, a todos los niveles.

Ante estos planteamientos, comienza una investigación que da lugar a una tesis doctoral y, ahora, a un libro: La crítica poética como instrumento del proyecto arquitectónico (Amann, 2015).

La Teoría del Desarrollo a Escala Humana

En el año 1986, los sociólogos Max Neef, Elizalde y Hopenhayn establecen que las necesidades fundamentales de una persona son invariables y finitas, en toda época y en cualquier lugar.

La Teoría del Desarrollo a Escala Humana enuncia cuatro necesidades de tipo ontológico (ser, estar, tener y hacer) y nueve más de tipo axiológico (protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad, libertad y subsistencia) como  aquellas necesidades potenciales para mejorar las condiciones de vida de los seres humanos. Lo que varía, a lo largo del tiempo y en los diferentes sistemas culturales, políticos y económicos, es la manera en que éstas se satisfacen: los medios “satisfactores”.

Este descubrimiento es una condición que hoy no podemos dejar a un lado, puesto que el hecho arquitectónico participa como medio satisfactor de varias de estas necesidades: la vivienda, los espacios de encuentro, los espacios educativos, el espacio público… satisfacen, respectivamente, necesidades como las de protección-estar, afecto-estar, entendimiento-estar, ocio-estar… Y se podrían enumerar varios casos más.

Siendo esto así, parece evidente que la arquitectura debería hoy renovar su compromiso con la sociedad y situar, al igual que esta teoría sociológica, las necesidades de las personas frente a las de los objetos. La arquitectura como construcción poética con una finalidad transitiva y comprometida con el medio territorial y social en el que interactúa.

Una crítica activa

Con estos condicionantes de partida, ¿cómo no cuestionarse el sentido de la crítica de la arquitectura en este presente tan activo?, ¿cómo no plantear una transformación consciente para la acción crítica?

Hoy, en este presente que vivimos, aparece la oportunidad de un nuevo orden crítico contemporáneo, que interaccione con los parámetros del proceso del proyecto arquitectónico. Es decir, que ocupe una posición operativa durante el proceso de construcción de una arquitectura. Una acción acorde con la realidad actual, que avance sobre la acción crítica moderna -que actúa solamente sobre hechos, y no sobre estados en proceso.

En este sentido, en el ensayo La crítica poética como instrumento del proyecto arquitectónico (Amann, 2015) se habla de un cambio de actitud en el acto de crítica. Una actitud que se traslada desde una opción distante hasta una posición activa. El salto desde la reinterpretación hacia una re-interpreta-acción. La acción crítica como instrumento de trabajo durante el proceso proyectivo. La extensión de la crítica de la arquitectura como medio de transmisión de conocimiento -como crítica del hecho– hacia una herramienta de incidencia en el proyecto arquitectónico mismo y en el medio territorial y social -como crítica del proceso. Hablemos de la crítica del proceso como oportunidad.

Para profundizar en las ideas expuestas, consultar el libro de Beatriz Amann La crítica poética como instrumento del proyecto arquitectónico, editado en 2015 por la editorial Nobuko dentro de la colección Textos de Arquitectura y diseño.

  1. La eco-organización describe un ecosistema de complementariedad, también entre contrarios (Morin, 1980)..
  2. La ecoLógica trabaja sobre una visión condensada y multicapa de la realidad, en busca de operar con una nueva lógica arquitectónica que resulte en transformaciones positivas de dicha realidad (Gausa, 2009). 
  3. La geoLógica aúna las categorías de geografía –entendida como los fenómenos físicos, económicos y sociales en un territorio- y de proyecto arquitectónico -como la manipulación de estos parámetros geográficos de un lugar (Guallart, 2009).
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