Frente al sistema de dualidades con el que enunciamos lo real, lo neutro se sitúa, no tanto en el punto medio, como en el punto opuesto a ambos términos. Tal vez por ello sólo sea posible alcanzar una definición a través de la distinción entre lo neutro y lo que no lo es, una suerte de teoría negativa de lo neutro. Reconociendo en la lengua varios sentidos para el término, la tesis fabrica una definición concreta de lo neutro para su aplicación en el ámbito de la arquitectura. Próximo a los conceptos de indefinición, indiferencia e inacción, lo neutro se revela como un mecanismo fundamental de disolución.

Uno de los enfoques más convincentes es el que asocia la fórmula de la doble negación de lo neutro (ni lo uno, ni lo otro) con el estado más incipiente de la materia, aquel en el que todavía no es pero que contiene ya todos los elementos de posibilidad de ser: lo neutro como potencia. Aquello que la lógica nos impide afirmar, que una cosa es y no-es al mismo tiempo, nos lo concede la categoría aristotélica de la potencia.