01.17_Rudofsky, Baño Turco, Iznic

FILTROS DE MIRADA Y LUZ: UNA CONSTRUCCIÓN VISUAL DEL LÍMITE ARQUITECTÓNICO

01.17_Rudofsky, Baño Turco, Iznic

FILTROS DE MIRADA Y LUZ: UNA CONSTRUCCIÓN VISUAL DEL LÍMITE ARQUITECTÓNICO

 

En un tiempo como el actual, en el que en arquitectura ya casi nada es lo que aparenta ser ni las disciplinas tradicionales parecen proporcionar ya suficientes asideros para conocer el trazo de los caminos, el proyecto arquitectónico se enfrenta a una visible incertidumbre a lo largo del limbo que parece definir el momento presente. Las infinitas soluciones que aparentemente marcan nuevas opciones de trabajo definen también un panorama de escasa claridad con una consiguiente pérdida de referencias de rigor que faciliten la certidumbre y un obligado compromiso en esta ciencia poética que se desvirtúa a veces como un mal arte menor. Para ahondar en este camino borroso se propone un ejercicio de búsqueda de invariantes que sirvan como base de método de trabajo. El planteamiento que sigue a continuación aspira a explorar una serie de herramientas básicas que siguen constituyendo el armazón de la arquitectura justa: la materia, la luz, la estructura y la emoción. No se trata pues de valerse de artilugios pasajeros o de argumentos pobremente arraigados, sino que el objeto de estudio que aquí se presenta tenga como base aquellas cuestiones que son esenciales a la arquitectura como ciencia poética y como técnica. En el discurso de la arquitectura pura nada es accesorio.

 

La investigación propone la recuperación explícita de unas estrategias que son tanto atemporales como históricas: los filtros de mirada y luz. Estos pueden encontrarse en muchas culturas y bajo muchos signos, destinados a toda una variedad de funciones. La recuperación de estos elementos en la presente investigación presupone no solo una experiencia de la emoción espacial determinada por los mismos, sino la constatación y el abanderamiento de lo vernáculo como conocimiento del proyecto, como mecanismo de creación carente de frivolidad que, acumulado entre siglos y culturas, se destila para ofrecer al hombre una arquitectura más sensata, más auténtica y más emocionante.

 

El filtro es construcción y estructura, es materia y luz, no es mera imagen sino un neto configurador de espacios físicos y de emoción arquitectónica. Trabajar con estos invariantes debería garantizar una investigación desde el rigor y la responsabilidad. Su validez arquitectónica pues ésta va siempre más allá de su valor geográfico o histórico. Los filtros recorren un camino que arranca con la salida del hombre de la cueva platónica y alcanza la estructura molecular más compleja del cerramiento estructural más contemporáneo. La constante pulsión de un invariante tan consolidado viene a confirmarse de nuevo hoy en el auge de la arquitectura actual.

 

La arquitectura siempre ha necesitado de filtros. Éstos, desde sus múltiples configuraciones, han permitido dar solución a cuestiones funcionales básicas a la vez que integraban sistemas desde los que proporcionar una imagen exterior y una emoción interior. Su verdadero sentido se comprende en su relación en el medio continuo, donde se ponen de manifiesto las interacciones que fomenta y que van más allá de su propia naturaleza y de sus propiedades intrínsecas como objeto para establecer nuevos significados. Contribuyen a que surja algo nuevo que no estaba presente en las observaciones iniciales. Los filtros son, por tanto, más que la suma de construcción, estructura, espacio y ornamento, y es esta múltiple condición la que proporciona un carácter único al filtro en sus consecuencias espaciales. Tan sólidos han sido sus apoyos que su presencia se ha mantenido indemne al tiempo y ha permanecido en el cruce de la historia, capaz de dar tantos y tan buenos resultados en el proyecto de arquitectura. Nuestra propuesta es redescubrir esos filtros.

Filters of Vision and Light: A Visual Construction of the Architectural Limit

In times like these, when architecture is often not what it appears to be and traditional disciplines seem unable to provide a sufficient handle on the route of the paths, architectural projects face a notable uncertainty in the limbo that seems to define the present. The seemingly endless solutions that create new job options also define a panorama of little clarity, leading to a consequent loss of rigorous references that would facilitate certainty and a definite commitment in this poetic science, sometimes distorted as bad art. To explore this indistinct path, I propose the carrying out of a search for invariants that serve as a working basis. This approach follows my aim to explore a range of basic tools that may continue to be the armature of good architecture: matter, light, structure and emotion. It is not about recurring to languishing actions or poorly rooted arguments, but rather the presentation of an object of study with a basis consisting of matters that are essential to architecture, both as a poetic science and as a technique. In the discourse of pure architecture, nothing is accessory. This doctoral research paper proposes the explicit recovery of strategies that are both timeless and historical: filters of sight and light. These filters can be found in many cultures and in many forms, being intended for a variety of functions and tailored to the needs of each region and each man. The recovery of these elements in this investigation presupposes not only the emotional experience of the spaces determined by filters, but a consolidation of the vernacular as architectural knowledge, as a creative mechanism which is devoid of frivolity and which, having accumulated for centuries and cultures, has been distilled, providing man with that which is the most sensible and poetic. A filter is about construction and structure, matter and light; it is not just concerned with mere image but is a real configurator of physical spaces and architectural emotion. Working with these invariants should ensure that the research is driven by rigor and responsibility, as well as by its architectural validity, since these values always go beyond any geographical or historical value. Filters follow a path that starts with the output of men from the Platonic cave and reaches a more complex molecular structure with contemporary structural enclosure. The constant drive for a consolidated invariant is reconfirmed today, at the peak of current architecture. Architecture has always needed filters. Using their multiple configurations, filters have facilitated solutions for basic issues and the integration of systems which provide both an external image and an inner emotion. Their true meaning is understood in their relationship with a continuous medium, revealing their inner properties and interactions that go beyond their nature. Jean-Pierre Cometti states that they contribute to "bring up something that was not implicit in the observations developed from the beginning". Filters are therefore greater than the sum of construction, structure, space and ornament. This multiplicity provides a unique character to the space behind the filter. Their foundations have been so solid that their presence has remained unscathed all the while, remaining at the crossroads of history via many great architectural solutions. My proposal is to rediscover those filters.